Piazza Santa Trinita

La plaza Santa Trinita es una plaza no muy grande que conserva la forma irregular típica de los espacios urbanos de época medieval. Su nacimiento está vinculado a la construcción, en el siglo XI, del Convento de los Benedictinos de Vallombrosa, una orden reformada por Giovanni Gualberto, el monje que se convirtió en santo por su batalla contra la simonía de los obispos de Florencia y los abusos de los poderosos sobre el pueblo. De hecho, los orígenes del monasterio de Santa Trinita, fundado en la segunda mitad del siglo XII, corren en paralelo y se cruzan con el nacimiento del nuevo municipio de Florencia y su progresiva liberación de la autoridad imperial. La Orden de Vallombrosa se puso del lado de la condesa Matilde y del papa Gregorio VII durante la lucha con el emperador Arrigo IV: uno de los períodos históricos que marcaron el comienzo del destino güelfo de Florencia. En los años siguientes la plaza y el conjunto de Vallombrosa mantuvieron un papel central en la vida religiosa, cultural y social de la ciudad. Su importancia se manifiesta con las renovaciones arquitectónicas y la riqueza de las pinturas que decoran la iglesia realizadas por voluntad de las familias nobles que construyeron sus palacios alrededor de la plaza.